Rabia
La rabia es una enfermedad que causa mucho miedo, y con razón, a pesar de ser prevenible.
El virus de la rabia puede infectar a cualquier mamífero y se transmite por contacto directo con la saliva de un animal infectado.
La rabia se puede transmitir de animales a humanos.
El virus se transmite principalmente a través de una mordedura, aunque también se puede transmitir a través de un raspado o una herida abierta.
Un perro infectado puede exhibir cambios de comportamiento significativos como agitación, miedo u hostilidad.
Los perros que son generalmente amigables pueden irritarse, mientras que los animales normalmente hiperactivos pueden volverse más pasivos.
Un perro puede morder o morder a otros animales, humanos u objetos inanimados más de lo normal.
También pueden tener fiebre.
Pueden volverse hipersensibles a la luz y el sonido, sufrir convulsiones y volverse cada vez más violentos a medida que la enfermedad empeora.
Durante las últimas etapas, los nervios del perro que controlan la cabeza y la garganta pueden paralizarse, dando como resultado el conocido síntoma de la formación de espuma en la boca.
El perro finalmente sufrirá una insuficiencia respiratoria y morirá a medida que la parálisis empeore.