Insuficiencia renal crónica (enfermedad renal)
La sed persistente y la micción frecuente son los indicadores tempranos más evidentes de insuficiencia renal crónica.
Si usa arena grumosa, es posible que observe grumos de orina más grandes de lo normal en la caja de arena.
Es posible que vea a su gato elevando su trasero al orinar, lo que hace que rebase los lados de la caja de arena.
El gato hará esto para evitar que la orina se acumule alrededor de sus pies, ya que está orinando en exceso.
El gato puede sentir náuseas, pérdida de apetito, vómitos, pérdida de peso, mal pelaje y emaciación a medida que empeora la afección.
Puede ser difícil detectar si un gato está desnutrido con solo mirarlo, especialmente si tiene el pelo largo y es esponjoso.
Sin embargo, si siente el cuerpo del gato detrás del pelaje, puede saber si está demacrado, ya que todo lo que siente es piel y huesos.
Debido a que solo se requiere el 30% de la capacidad renal para un funcionamiento adecuado, no aparecerán síntomas hasta que se pierda aproximadamente el 70% de la función renal.
Es fundamental iniciar la terapia tan pronto como se presenten los primeros síntomas porque el gato ha agotado sus reservas y moriría en breve si no se trata.